viernes, 1 de enero de 2010

2010: un año para la esperanza

El mismo teclado y monitor, al igual que la silla y la misma lámpara a media luz que ilumina la salita de la computadora. Estoy exactamente en la misma posición de hace 365 días. De hecho, si el 1° de enero del 2009 hubiera tenido una bola de cristal que me hubiera dejado ver solo este momento, me hubiera desmotivado mucho. Hubiera significado que mi esfuerzo de años y años no sirvió y que mi sueño francés se derrumbó.


Hoy, al ser las 2:50a.m. del primer día del 2010 continúo con mi tradición del blog madrugador del año. Pero el de este año es, por mucho, el más regocijante, el más satisfactorio y el más merecido. Así lo quiso Dios, así lo forjé yo y así lo permitieron las condiciones que me rodean.


Si tienen tiempo de echar una ojeada a los comentarios 2009 y 2008 verán que el negativismo hizo gala en mis líneas. Pero como me lo dijo Oscar, un gran amigo ayer, después de la tormenta viene la calma, o como también lo dice Daniel Poli en una de sus canciones, por oscura que sea la noche siempre vuelve a amanecer. Todo parecía ir mal aunque siempre hubo destellos de luz que me motivaban a seguir adelante. Hoy la situación es completamente diferente. Porque este 2009 que pasó no se me borrará nunca de mi mente. Prácticamente todos ustedes conocen la razón: logré entrar a un postgrado de la Universidad de Strasbourg después de 12 años de soñarlo. Pero “suave un toque”, todo esto se dice rapidísimo: me costó tres años de Alianza Francesa, siete de ser estudiante de la Universidad de Costa Rica (con tesis incluida que en los últimos dos años fue un verdadero martirio) y pasar por algunas experiencias injustas en ciertos medios de comunicación que quedarán innombrables.


Mi mayor logro personal, como ya lo describí en mi comentario “Crónicas de un sueño hecho realidad” tuvo un camino tortuoso. Mi ilusión francesa inició el 29 de enero del año pasado. El sol despuntaba en el horizonte desde el avión, cual si fuera un mensajero de buenas nuevas que no serían comprendidas instantáneamente. La aventura comenzaba. O mejor dicho la locura, la quijotada de este demente que quería luchar contra sus molinos de viento.


Mi instantánea llegada a Grenoble, con los Alpes del sureste de Francia detrás de la primera casa donde residí, fue también un enamoramiento a primera vista. Pero el lecho de rosas acabaría rápidamente. Ciertas costumbres y comentarios de las personas mayores donde vivía me dejaron saber que no iba a ser tan fácil como me lo imaginaba. Sin embargo, hay que ser justos y reconocer que ellos me tendieron la mano. Tampoco fue sencillo que, justo 15 días después de mi llegada, recibiera la triste noticia de la muerte de un tío político, quien ya se encontraba desahuciado desde mucho antes de mi viaje.


Pero la muerte se ensañó conmigo y mi familia: otros quince días después, una nueva noticia fúnebre me sacude con más fuerza, pues mi tía mayor pierde su vida de forma sorpresiva luego de un breve lapso de alzhéimer y de cierto problema de circulación en las piernas. Si ya el hecho es duro, recibir este tipo de información a la distancia es un triple golpe: tristeza, soledad e impotencia.


Además, este tico – alajuelense, acostumbrado a temperaturas de 26 grados, llegó en pleno invierno, un frío enemigo a vencer. Lo hermoso fue que ante tanto inconveniente, yo vivía el día a día intensamente, como nunca antes lo hice, con una ilusión forjada con mucho esfuerzo. Grenoble fue mi primera parada, con sus montañas nevadas que aún hoy me hacen falta.


Quizá el segundo gran inconveniente fue la socialización. Aunque ya estoy acostumbrado a los cambios (tres grandes mudanzas y nueve centros educativos en mi corta vida de 26 años así lo demuestran), el estar totalmente solo frente a una sociedad y un continente nuevo no era un obstáculo menor. Y me costó un mundo. Pero de nuevo la gente de fe me ayudó y rápidamente logré solucionar con ellos el problema. ¡Gracias Dios! Pero también la música latina, las noches de salsa y un espíritu abierto me permitieron rápidamente superar este muro. Además, las diarias conversaciones con mi familia gracias a la maravilla del Skype y el descubrimiento de Twitter (porque el 2009 también fue el año de Twitter en mi vida) me hacían sentir como si nunca hubiese dejado esta tierra montañosa donde me encuentro hoy.


Pero sin duda “la portada” de mi resumen personal del año, fue exactamente hoy hace seis meses. El 1° de julio del 2009, recibí lo que hasta ahora es la mejor noticia de mi vida: había sido aceptado para una maestría en periodismo en la Universidad de Strasbourg. Cuando ya la esperanza estaba casi perdida y yo creía que no sería posible, pues me sentía agotado y harto de fallos y retrocesos, el Centro Universitario de Enseñanza del Periodismo (CUEJ por sus siglas en francés) decide meterme en la honrosa nómina de los admitidos. Dios… ¡qué alegría! Sentía como una botella con contenido gaseoso que ha guardado presión durante años y de pronto, en un momento súbito, ese corcho se destapa haciendo un ruido fuerte. Así sentía mi alma. Un orgullo inexplicable, inimaginable…


Sin embargo, no pasó mucho tiempo para darme cuenta de que la cosa no iba a ser tan fácil. Después de una estadía en Costa Rica para cargar baterías, en setiembre vino la puesta en marcha de los cursos, clases en francés, momentos cálidos y fríos con mis compañeros y algunas pocas noches de soledad en mi pequeño apartamento de la residencia Gallia, en Strasbourg. No gente, no fue fácil. ¿Debo decirlo en pasado? Más bien en presente y sobre todo, en futuro. No será simple. Eso de escribir artículos en francés, demostrar mi aptitud para haberme ganado este puesto y enfrentar un sistema de aprendizaje bastante distinto al que estamos habituados no es nada regalado. Incluso, por primera vez tuve que llevar mi resistencia al máximo y hacer cuatro exámenes el mismo día. Pero también yo tenía muy claro que la dificultad iba a abundar.


Fui a Francia a joderme, a complicarme, pero también a liberarme. Nunca me sentí tan dueño de mi vida, tan suelto para opinar sobre lo que sucede en el país como ahora, lejos de la podredumbre que envuelve a la mayoría de medios de comunicación nacionales y de sus intereses económicos. Sin embargo, y con dolor lo digo, parece que mientras mi vida personal va en un camino ascendente, la vida del país se dirige hacia la debacle. No voy a ponerme ahora a detallar los asuntos políticos que tanto me hacen rabiar desde la lejanía y que se convierten en mi mejor remedio contra el mal de patria allá en Alsace. Eso quedará para otro comentario. Lo que deseo dejar claro es que tanto chorizo, tanto descaro y tanto control “arístico” me tienen harto. Los políticos de siempre intentan dejarse el poder (y el dinero), ¿la oposición? inservible y dividida y, para colmo de males, un pueblo olvidadizo y mediocre, son la mezcla perfecta para una situación que se asemeja mucho a la que viven ciertos gobiernos pseudo democráticos en América. Ya hablaremos de esto en pocas semanas.


Deportivamente, si no hubiera sido por el honroso cuarto lugar de la Selección Sub 20 en el mundial de Egipto, el brillante papel que hace Bryan Ruiz en su equipo holandés y el reciente título de Hanna Gabriel en la CMB, nuestro año hubiera sido otro digno candidato al olvido. El tico sigue con sed de ídolos y así lo demuestra el reciente

caso del chiquillo que participó en Latin American Chorizo (quien como todos sabemos logró el segundo lugar a punta de mensajes de texto), mientras que la selección mayor quedó literalmente a 20 segundos de ir al Mundial, dos ejemplos que enmarcan la frase que le escuché a alguien decir “los ticos siempre quedamos a cinco céntimos pa’l peso”.


¿Qué traerá este 2010? Es por mucho el año que más cosas positivas promete desde su inicio en mi historia de vida. No me atrevo a tirar las campanas al vuelo, pero se viene la práctica en Radio Francia Internacional (RFI) en español en marzo y abril, donde haré lo posible por dar una buena impresión y tener así más posibilidades de empleo luego de terminada la universidad. Pero para esto, necesito urgentemente ganar mi permiso de conducir, una piedra en el zapato la cual había rehusado sacar desde hace tiempo. Pero llegó el momento y ahora no puedo liberarme de ello.


Además, el año empieza con una gran alegría: mi hermano se casa con una chavala muy simpática, lo cual nos regocija a todos los miembros de mi familia nuclear. En l

o personal, como dije, el 2010 parece ser un año lleno de posibilidades. Lástima que a escala política no pueda decir lo mismo: el presagio de cuatro años más de los Arias en el poder, con su títere Laura Chinchilla, ensombrecen el horizonte patrio. A nivel mundial, Copenhague fue una farsa y ahora no visualizamos qué puede salvar nuestra existencia, la cual es la primera y verdadera amenazada más allá del planeta o la ecología. Como le leí a alguien por ahí, no es la Tierra la q está bajo fuego: somos nosotros, los seres humanos, los causantes de esta auto tragedia.


En fin, todavía hay mucho “brete” por hacer. La situación no ha cambiado nada desde el comentario del 2006, en el que pensé sobre cómo vivirían el año nuevo los indigentes que no tienen dónde dormir o qué comer. De hecho este mundo va cada vez peor y nuestra especie se amenaza su propia extinción. Pero la esperanza existe, permanece e ilumina. Si no fuera por ella, esto habría caído ya en la hecatombe.


¡Gracias Dios por lo que me diste, y gracias por lo que me pediste en este 2009!


Un 2010 lleno de oportunidades nos espera. Solo hay que ir por ellas.


Pablo.


P.D: este año se celebra el 30 aniversario del martirio de Monseñor Óscar Arnulfo Romero. Sin duda, otro motivo más para festejar. A ver si el Vaticano se deja de hacer el sordo y empezamos la merecida beatificación de este ejemplo de obispo!

5 comentarios:

Djé dijo...

Muchas gracias por estas lineas electronicas. es dificil comentar algo asi... tan personal...

Un amigo periodista (del Cuej) me dijo un dia dandome consejos para "vender" articulos de prensa: "tienes que escribir con tu corazon, con tu propria experiencia porque son esos articulos escritos con tus tripas que sirven para cambiar este mundo, es el mejor medio para transmitir ideas, justificar caminos...

No sé si queda muy claro lo que te estoy intentando decir pero fue un honor para mi tenerte en las "mini-clases" de web en la escuela y leyendo tu blog, me doy cuenta de que no me habia equivocado.

E, fin Pilarin...
x fa, sigue escribiendo... Lo mejor para 2010...

Geraldine

ricbonco dijo...

Que buena tradición esa de los 1eros de enero, ojalá nunca la dejés de lado.

Pues sí mae el 2009 en general fue un buen año, a pesar de que hubo cosas tristes, al fin y al cabo siempre hay algo que rescatar. Fue un año muy bueno para vos.

La situación en nuestro país es triste y complicada, en mucho por parte de lo que hablamos aquel día.

Esperemos que todo mejore y que sea un 2010 espectacular.

Saludos

Unknown dijo...

Géraldine, je suis franchement étonné de ton espagnol!!! Il est parfait! Il est tellement bon que j'arrivais pas identifier qui était la personne qui avait écrit le commentaire...

J'ai un peu la honte car mon blog n'est pas aussi bon comme tu le dis. Mais merci en tout cas pour tes considérations!

J'ai l'habitude d'écrire ce que je sens sur ma vie. Cela ne me dérange pas. Je crois très sérieusement que les témoignages sont la meilleure forme de changer des vies. Et voilà, tu me le confirmes.

Merci et "t'inquietes pas" je vais écrire encore plus. Mais parfois, si je n'ai rien intéressant à dire, je préfère rester en silence. J'aime pas pourrir mon blog avec n'importe quoi.

Merci pour tes paroles et toutes ces choses que je ne mérite pas! Mais en tout cas, j'ai bien appris pas mal de choses nouvelles avec toi!

Bonne année 2010 et on va se recroiser encore ce février je suppose!

julia dijo...

Un abrazo.
Estás creciendo.
Aprendiendo.
Todo es para bien.
Qué bonito

Naty dijo...

"Fui a Francia a joderme, a complicarme, pero también a liberarme. Nunca me sentí tan dueño de mi vida".

Un abrazo grande, Pablex. Me siento muy feliz de verte crecer así. Nos vemos pa las birras en el 88, como siempre :)