lunes, 14 de diciembre de 2009

Que alguien defienda a la Defensoría!


Desde la lejana Estrasburgo clamo al espíritu cívico costarricense (si es que queda) para que Costa Rica se espabile y se dé cuenta de la última jugarreta de los Arias: el casi seguro nombramiento de Ofelia Taitelbaum como nueva "Defensora" de los Habitantes. QUE ALGUIEN DEFIENDA A LA DEFENSORÍA!

Rapidamente, porque tengo exámenes semestrales mañana, quiero hacer un llamado a toda la gente, pero en especial a aquellas organizaciones que se dicen cívicas pero que solo se manifiestan cuando les tocan sus convenciones colectivas o sus derechos privilegiados. QUE COSTA RICA VAYA A LA ASAMBLEA LEGISLATIVA Y LE DIGA UN NO ROTUNDO A LA CANDIDATURA DE OFELIA TAITELBAUM!

Muy ligado a mi último blog y como lo señalaba hace pocos minutos en el twitter: si Taitelbaum llega a la Defensoría y se queda, el único y verdadero culpable de tan nefasto hecho será el pueblo costarricense, por no reaccionar cuando el momento apremiaba, tal como sucedió en muchas otras veces.

Lo de Taitelbaum es un menosprecio total de los Arias al pueblo. Es una muestra más de que, para el gobierno central lo importante es, valga la redundancia, controlar las instituciones de control, para que, ya nadie los pueda detener. En otras palabras, una muestra más de su visión de Costa Rica como su feudo, como su finca.

La Defensoría es la pieza que faltaba en el engranaje de los Arias para echar a andar su maquinita. Hace rato tienen en la bolsa al TSE que los deja, salvo excepciones contadísimas, hacer lo que quieran (y cuando no los dejan igual lo hacen). Hace tiempo tienen a la Contraloría de su lado, ni se diga a la Sala IV y a cuanto tribunal existe en este país.

Incluso Armando González, el jefe de redacción de La Nación lo dice en una de sus columnas. Y ojo, que don Armando no es ningún chavista ni menos troskista. Todo lo contrario. Bien le conocemos sus posturas derechistas y libertarias. Pero es que esto no se trata de posturas políticas. Se trata de defender la soberanía del pueblo y la institucionalidad del país, porque sí, aún queda algo por defender!

El gobierno nos está metiendo el gol como siempre: escoge la Navidad, el fin de año, el olor a tamal, a juego de pólvora y la sensación de aguinaldo para bailarse a los ticos... y los ticos simplemente les siguen la corriente. Dónde están los sindicatos y Albino Vargas? Dónde están los famosos comités patrióticos (si es que todavía existen). Dónde están los candidatos de izquierda y de centro izquierda manifestándose en frente de la Asamblea? Si realmente quisieran hacerle daño a la candidatura de Laura Chinchilla, me parece que este es el momento idóneo para desenmascarar las intenciones de los Arias e intentar que el pueblo se dé cuenta de lo que el gobierno intenta hacer... si es que aún tiene esa capacidad.

Yo estoy muy lejos y todavía no puedo hacer nada gente, pero ustedes que están allá sí pueden! Llamen, manifiéstense, hagan sentir su voz! Es una vez más la institucionalidad democrática la que está en juego y nuestro último bastión, el mismo que tan bien defendió doña Lizbeth Quesada.

Creo que si hay un momento para una marcha con sentido o para una manifestación por la avenida segunda, es ESTE.

Gracias.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Un puente llamado Costa Rica


La analogía es más que clara. Sin un buen mantenimiento durante décadas, soportó antiguas estructuras que no fueron reemplazadas. Componentes maltratados y abusados por años y años, víctimas de la negligencia de sus encargados y supervisores, los dos cayeron. Los viejos soportes no resistieron y ambos se vinieron al vacío.


Es evidente que me refiero al tristemente famoso puente del Tárcoles… y de nuestro país. El puente no es más que una pequeña muestra, un microcosmos de nuestra realidad nacional. Realidad que aún desde lejos no puedo dejar de seguir, porque, para bendición o maldición, el tico nunca deja de amar a su tierra.


La reacción inmediata es buscar a los culpables y crear soluciones para que nuevas caídas se repitan. Aparecen de primero los que están primero. No es redundancia, así lo dicta la democracia. El gobierno es quien debe dar explicaciones antes que cualquier otra persona… o dejar el puesto. Sin embargo, ¿quién exige a estos señores eficiencia y prontitud? Desgraciadamente, la respuesta no es el pueblo.


No es que quiera excusar al gobierno de los Arias de tanta mediocridad, chorizo, abuso e hipocresía. Pero es que mi sociedad da tanta lástima y miedo como el estado del viejo puente sobre el Tárcoles. Llena de problemas y daños, se conforma con remiendos cada cuatro años sin que a nadie se le pase por la mente exigir calidad a quienes están a cargo.


Al tico le encanta vivir “raspando la olla”, revolcarse en su mediocridad, tener plata en la billetera (aunque le deba la vida al banco), celular en la bolsa, poder ir de compras (por lo menos a Mi Pequeño Mundo), ver y leer la basura que ofrecen los medios, “tirarse” las mejengas los domingos y por supuesto, la birra de cada fiesta.


“Con una sociedad así no cuesta hacer chanchuyos”, parafraseando una frase muy diferente dicha por Monseñor Oscar Arnulfo Romero (“con un pueblo así, no cuesta ser obispo”). Lo siento y lo lloro, pero los primeros culpables somos nosotros mismos y nuestra mentalidad de tercer mundo, el valeverguismo, el “port’amí” y la ley del mínimo esfuerzo.


Francia está muy lejos de ser el paraíso perdido. Es increíble que aquí en los bancos haya que sacar citas a veces de 3 ó 4 días para abrir una cuenta. Los trámites burocráticos pueden ser más engorrosos que en Tiquicia. Y la ineficiencia alcanza en algunos casos a la empresa privada. Pero si hay algo que le admiro a los galos es su temple para reclamar, su insistencia histórica.


Hace unas tres semanas, Jean Sarkozy, el hijo de Nicolas Sarkozy, fue propuesto como presidente del Establecimiento Público de Planificación de la Defensa (EPAD en francés). La respuesta de la mayoría del pueblo fue inmediata y contundente: NO. Aquí no se toleraría el nepotismo. Y hubo muchos que alzaron la voz y dijeron que el gobierno francés manejaba las cosas como un país subdesarrollado, que parecía una república bananera (para mi sonrojo y vergüenza, recordaba que el ministro de la Presidencia en la “Costa Rican Banana Republic” es el hermano del presidente). Twitter, los blogs, varios medios y otros sitios de Internet se convirtieron en trincheras. ¿El resultado? El mocoso de 23 años tuvo que ceder – al igual que su tata – y hasta ahí quedó el asunto.


¿Por qué los aburro con esto? Porque estos días he recordado que a todos nos agarró tarde para reaccionar. Si queríamos hacer valer nuestra constitución, debimos habernos tirado a las calles en el 2004, cuando la Sala IV admitió la reelección de ese señor que ahora es presidente con un fallo inconstitucional. Nunca supimos tampoco qué pasó con el último corte del Tribunal Supremo de Elecciones durante la mañana del lunes 6 de febrero del 2006… ya es mejor no saberlo para no llevarnos colerones.


Si en algo estoy de acuerdo con los últimos gobiernos es que todos les echan la culpa a los anteriores de los males del país. ¡Bola de inútiles! Ninguno ha podido hacer algo decente y rescatable por el país… pero de nuevo, es el mismo pueblo el primer responsable, un pueblo permisivo, de doble cara.


Este domingo, un cura al cual considero mi amigo me envió su infaltable comentario dominical. Él contaba que se encontró en Roma con un viejo conocido al cuál le preguntó por qué los italianos se aguantaban la doble moral, la corrupción y el descaro de Berlusconi. “en el fondo hay muchos italianos que querrían vivir el mismo grado de corrupción de sus gobernantes” dijo el compa. La respuesta es 100% adaptable a nuestro país.


Ya estoy harto de “ahijadas presidenciales” que quieren convertir la democracia en una dinastía, de avionetazos, de minas a cielo abierto, de insultos del presidente a la Constitución y de platinas que no se arreglan. Estoy cansado de chorizos ambientales, inmobiliarios, memorandos soberbios y antidemocráticos, de tratados de libre comercio que van a acabar con el estado solidario y de partidos de oposición complacientes e inactivos, con políticos desgastados o aprovechados que no atraen porque su discurso es incongruente con sus acciones.


Me putean los ministros bocones que abren el hocico para luego no decir nada, los gobiernos que se solidarizan con pueblos afectados por desastres naturales pero al final no les dan dinero para levantarse. Me agüevan los bloqueos, los sindicalistas egoístas que andan buscando cómo sacan provecho de su desproporcionado poder, la policía corrupta que le sigue el juego al narco, los pescadores que cambiaron el pescado por la droga.


Me da pereza un país que se auto paraliza con presas todas las mañanas, un sistema de transporte público ineficiente y trasnochado, calles llenas de delincuentes que se encuentran representados en todos los estratos sociales, una jerarquía eclesiástica que sigue soñando con privilegios en lugar de dirigir su mirada donde manda el Evangelio y una selección de fútbol que pierde su clasificación al Mundial a 30 segundos de terminar el último partido.


Pero todo es parte de lo mismo. El puente se nos cayó. Y parece que no hay nadie que lo reconstruya porque su misma estructura quiere quedarse hundida, en la misma agua sucia donde abundan los cocodrilos.



miércoles, 2 de septiembre de 2009

Carta abierta a la PJVR en sus 10 años

Alajuela, domingo 30 de agosto del 2009

Llovía suavemente en esa tarde del 28 de agosto de 1999. Yo no puedo presumirles haber estado en aquella reunión en el Aula Magna, porque en ese momento me encontraba con mi grupo de confirmación, justo en la clase del frente, del cual ese día solo llegó la mitad… el resto se encontraba con Jaime, futuro coordinador de Pastoral Juvenil, reunidos planeando las bases esta nueva agrupación que prometía ser un dinamizador de la evangelización juvenil en la parroquia.

Poco tiempo después, supe que mi camino era unirme a mis confirmandos en la lucha por levantar (después de varios intentos fallidos) una Pastoral Juvenil parroquial, que cumpliera con las exigencias de los muchachos y que permitiera mostrar un Dios más cercano, más alegre, más juvenil.

Admito que no estábamos bien formados. De todos los que comenzamos esta locura, solo Jaime y yo habíamos sido confirmados. El resto eran muchachos de la generación 99 que venía llegando de los retiros y quienes, con muchas ganas, tomaron la misión de llevar adelante este gran proyecto.

Diez años han pasado desde ese momento. ¡Y qué 10 años! Hagamos memoria de cada uno de los momentos inolvidables en los salones de toda la parroquia, cada sábado en la tarde con el calor de febrero o marzo, o bajo la lluvia del invierno… Porque después de todo, ¿cómo olvidar al propio Jaime vestido de bebé, a Marcelo Prieto cantando “Yo tenía un tic” o contando “El pan que habla”, a Carlos Barrantes mostrando sus “cualidades” en la dinámica del cavernícola, a Cristian García haciendo de ángel tonto en las Pastorelas, a María Teresa Hidalgo gritando “yo tengo una chanchaaa”, a Fernando Badilla haciendo la “Familia Sapo”, a Shirley Montes como chiquilla malcriada, Stephanie Chávez como Spice Girl o incluso a este servidor como Lucas narrando el Pentecostés?

Pero ya más seriamente, ¿cómo olvidar aquellos amaneceres en la casa de retiros de San Ramón, en los que el viento empujaba con fuerza a las nubes haciendo parecer aquello el juicio final? ¿Cómo no recordar nuestro primer retiro en San Ramón y las oraciones de Doña Martha de los sábados en la noche? Y ni qué decir de aquellos momentos de soledad en Alfa y Omega, con los atardeceres en los que podíamos ver el mar en medio de las montañas, o al oscurecer, cuando el Valle Central parecía una lluvia de estrellas. O aquella intimidad con Dios en la capilla de Grecia… o incluso aquél frío descomunal en Shekiná que nunca impidió tener un contacto con el Dios Vivo.

Las ventas de tamales de todas las navidades, las parejillas de novios (nacionales o internacionales…) que aquí se formaron y que aquí se casaron o terminaron, las pastorelas, las misas de 6 con sus atractivos signos y oraciones en la penumbra, los Vía Crucis en vivo, las breteadas en las ferias de San Gerardo, los conciertos del No a Halloween, las reuniones de todos los lunes por la noche (sí, con todo y sus pleitos…), los típicos paseos a Fraijanes, las preparaciones de las seis generaciones de confirmandos que salieron de esta Pastoral Juvenil … Pero lo que cuesta más olvidar, es la cara de cada uno de los muchachos cuando se encontraba frente a frente con el Señor, nuestra razón de servicio, o cuando nos agradecían el solo hecho de escucharlos.

Si estos recuerdos nos mueven el corazón, si todas estas remembranzas nos erizan la piel y nos llena el alma de alegría y nostalgia, significa que nuestro trabajo no fue en vano. Quiere decir que cada madrugada para llegar temprano a las convivencias, que cada minuto de planeamiento, que cada disputa y cansancio sirvieron para algo. Hemos sido peones de la obra del Señor durante estos 10 años, y de ninguna manera nos sentimos merecedores de halago alguno, porque sabemos que lo hecho ha sido para la gloria de Dios, nuestro Gran Coordinador, quien tiene en pie esta PJVR.

A los que aún están y a los que vienen, no me queda más que motivarlos, porque sin duda todavía en la parroquia hay demasiados jóvenes deseosos de que alguien les diga que Dios les ama, que está cerca suyo y que pueden contar con muchos otras personas que decidieron vivir su vida de una forma diferente. No dejemos nunca morir esta creación de Dios. Que el orgullo nunca nos ciegue, que la ira nunca nos domine, que la pereza nunca nos adormezca. Somos jóvenes de Cristo, una generación que quiso vivir su juventud diferente, que experimentó en carne propia su amor, su perdón y su misericordia. Además, como bien supo decir Shirley Montes en las primeras reuniones de los lunes del año 2000, frase que nunca olvidaré “la palabra fracaso la inventó algún fracasado” y ustedes de ninguna forma son fracasados.

Ánimo gente, son los primeros 10 años y aunque ya “los viejos” no estemos, me encuentro plenamente convencido que si Dios supo hacer su obra en nosotros, sus imperfectos ayudantes, Él sabrá completarla en ustedes, porque nada tuvimos nosotros, los pioneros de esta locura, que ustedes no tengan.

Finalmente, les recuerdo que esta Pastoral Juvenil no se podrá mantener en pie si nos separamos del Señor (Jn 15). La oración constante, la lectura de la Palabra, la participación en misa y por supuesto, la comunión frecuente son los cuatro elementos vitales del verdadero animador.

Con todo el amor del alma, a mi, a nuestra, a su Pastoral Juvenil, que tanto amo, que marcó mi juventud, que tantas alegrías me dio y por quien aún lejos sigo pendiente, pues de ella estoy enamorado.

Pablo Mora. Ex líder, ex animador y ex coordinador de la PJVR Agonía

viernes, 3 de julio de 2009

Crónica de un sueño hecho realidad

Me acuerdo muy bien. Era sábado, como a las 6:30 de la mañana y terminaba febrero del 2005. Me levanté con muchas energías y ganas porque sabía que a partir de ahí comenzaba un camino sin retorno. Así se lo hice saber a mi mamá en ese amanecer. Era mi primer día en la Alianza Francesa.


Hoy, más de cuatro años después, puedo decir que nada fue en vano. Cada levantada a esa misma hora en cada sábado de las semanas que vendrían durante los dos años posteriores, cada tarea hecha posiblemente con sueño y no poca pereza, cada examen enfrentado (desde los más simples hasta los más complicados). En fin, no pocos sacrificios académicos y también de tiempo con mis amigos y familia.


Siete años planeando esto. Hasta yo me asusto de mi locura. No es que yo sea el único loco que hace este tipo de cosas, ¡pero es que somos pocos! Los últimos 3 años, especialmente, ahorrando dinero para esta realidad que hoy vivo, deseando la posibilidad de comprarme un carro, una moto o un lote, viendo cómo muchos de mis amigos y compañeros establecían su vida con un matrimonio, una casa o en fin, un proyecto de vida ya concreto, mientras que yo me veía soñando en las nubes.


Quiero en este momento recordar especialmente el año pasado, el 2008. Sacrificios a granel, presiones laborales, académicas, personales y futuras. Hace un año por estas fechas, yo la verdad no creía que fuera posible salir de Costa Rica para vivir esta aventura, simplemente porque todo se vislumbraba en contra.


Hubo mucho sufrimiento, pero éste fue productivo. No fue el tipo de amargura que te hace perder la confianza en vos mismo, no, se trató de una angustia que te hace crecer, madurar y darte cuenta que si en la vida querés algo, tenés que luchar por eso, y que esa lucha cuesta lágrimas, muchas lágrimas, pero también cóleras, desánimos y atrasos. Con todo en contra, incluso Dios me prometió, también hace casi un año, lo que hoy vivo. Él me dijo en mi corazón, cuando ni yo mismo me lo creía “Pablo, SI, vas a ir a Francia, pero dejame a MI encargarme de todo. Yo se lo que hago”


Y luego, con la ayuda y la oración invaluable de mis grandes amigas, mis ocho ángeles de hábito gris, blanco, negro y rojo, se dio mi salida de Costa Rica. Francamente, cuando ya estaba en el avión yo mismo me cuestionaba si no se trataba todo esto de un capricho mío o de un exceso de poco raciocinio… los ahorros de tres años, fácilmente “perdidos” en 6 meses en la antigua Galia romana, mientras que en Costa Rica eso sería fácilmente traducible en una compra que me permitiera establecerme en mi vida, tal como lo dije antes. Cerré los ojos y dije “¡Dios, si me llevás, espero que sepás bien lo que hacés!”


Una vez en suelo europeo, seguí con mis dudas. El inicio no fue fácil. Costó un mundo relacionarme con la gente (los franceses de regiones frías, como Grenoble, tienen fama de no ser muy acogedores). Vivir el crudo invierno en una casa con dos señores mayores, de culturas diferentes, significó sin duda otro obstáculo: adaptarme, tener paciencia, pedirle a Dios para controlar mi carácter a pesar de algunos (pocos) comentarios un poco tontos que recibí. Sentir la frivolidad aún de gente de la misma Iglesia, aunque hay que ser justos y decir que encontré verdaderos ángeles que me ayudaron a sentirme menos solo y a darme ánimo para seguir adelante… y curiosamente estas almas las hallé dentro y fuera de la fe. Dios se mueve de formas bastantes singulares.


Tres veces el pasaporte perdido, una vez la tarjeta de débito (con un doloroso robo de 150 euros incluido), dos carreras para coger el bus después de una noche de salsa, otro susto por dejar sin calefacción la casa debido a un error involuntario, entre otras anécdotas, le pusieron “sazón” a la locura francesa.


Finalmente llegaron los dichosos concursos. “A lo que vinimos”, me dije. El primero fue “en casa”, en Grenoble, con un examen en el que difícilmente el francés promedio podría tener una calificación respetable, pues se trataba de preguntas netamente específicas, como el nombre del presidente del Partido Republicano en Estados Unidos, el creador del Pata-Pata o la explicación de un exoplaneta.


Al instante me dí cuenta que si todos los concursos para maestría eran así, mi fracaso estaba simplemente asegurado. Además, eran 20 cupos para 247 personas… ¡así imposible! Aún así, no desistí de la idea y en Marsella tuve una entrevista una semana después; esta vez la experiencia fue más positiva.


Finalmente, el último concurso: Estrasburgo, con dos auditorios llenos de gente (calculo que éramos unos 700 candidatos) y yo extranjero… y de nuevo, enfrentar preguntas duras sobre cultura general y conocimientos de actualidad francesa, que por contexto, no tenía. La esperanza estaba casi perdida cuando Dios me ilumina al final de la última prueba a preguntar si había la posibilidad de tener cupos para extranjeros específicamente. En un principio se me dice que no, luego se cambia la opinión y se me asegura que se me va a tomar en cuenta mi examen y mis documentos por aparte. “Algo es algo” me dije, con al menos una leve, muy leve esperanza.


Y luego, de la esperanza al esperar. Evidentemente Grenoble rechaza mi candidatura. Nada que me sorprenda, me hubiese extrañado que fuera al revés. Marsella, donde tenía más puestas las esperanzas debido a que la admisión era por medio de documentos, me dice que espere… hasta el día de hoy. ¿Y Estrasburgo? Estrasburgo me escribe 5 minutos después de la respuesta marsellesa para decirme que vaya, que quieren hablar conmigo “¿qué puedo perder?” pensé luego de la decepción de no ser inmediatamente elegido en la ciudad puerto más importante de Francia.


Después de mandar otros dos tomos de documentos a La Sorbona y a la Universidad Paris 8, me vine este martes 30 de junio a esta ciudad fronteriza con Alemania, honestamente con poca fe. Y el 1 de julio, día que pasará a mi historia personal como uno de los más importantes de mi vida, tuve dos entrevistas, cuando se suponía que era solo una. La conversación fue dura, con el director y la subdirectora de, la que entiendo, es una de las escuelas de periodismo más importantes de Francia.


Se me hicieron muchos cuestionamientos sobre mi redacción, mi estilo, mi proyecto de vida… ¡mi francés! Me prometen una respuesta antes de las 6 de la tarde. Salgo del edificio, tomo el tranvía y justo cuando entro, me llaman para que regrese a las 5p.m. porque quieren hablar conmigo de nuevo.


Solo Dios sabe cómo me sentía… y lo primero y único que se me ocurrió fue ir a la hermosa y gótica catedral de Estrasburgo, pero ya no a ver su arquitectura o su reloj astronómico… no. A arrodillarme frente al Santísimo a hacer una de las oraciones más honestas que he hecho. A decirle a Dios: “Señor, vos sabés bien todos los sacrificios que he hecho, sabés cómo he querido esto, conocés muy bien mis objetivos y deseos… pero yo ya me cansé de luchar contra vos. Si no querés que me quede aquí y querés que vuelva a Costa Rica, entonces mostrame el camino y decime qué deseás de mí. Pero si realmente querés que me quede, pues dame una señal en este momento, porque yo ya no puedo más. Así que ahí está mi corazón y sea cual sea tu decisión, yo la voy a amar y me voy a abandonar en tus manos". Y simplemente como dato curioso, vuelvo a ver a mi izquierda y ahí estaba, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, patrona de los Redentoristas, congregación que formó mi fe.


4:30pm. Me voy por segunda vez a la Universidad Robert Schuman. En mi mente se pasaban un montón de cosas que me podrían decir, desde las más positivas como “hemos decidido admitirlo” hasta “lo lamentamos pero queríamos darle esta noticia en persona y no por teléfono… pero preferimos no aceptarlo en nuestra institución”. Al final, ni una ni la otra. La pregunta fue sobre mi dominio preferido en periodismo. Y fui honesto y dije que prensa escrita, que la televisión nunca ha sido lo mío, que la imagen nunca me ha gustado y que la radio… pues tampoco es la gran cosa. ¡Respuesta errónea!, me deja entrever el director de la carrera… “creemos que por sus características a usted le serviría más cursar la parte televisiva, pero no podemos obligarlo a hacer otra cosa que usted no quiere… En ese momento me dí cuenta que, o cambiaba el discurso y empezaba a valorar la televisión como una opción real para el master, o simplemente me quedaba afuera del negocio”.


Entonces, decidí volver sobre mis pasos y comenzar a hablar de mi débil formación en periodismo televisivo en la UCR, de la forma tan artificial, ligera y desagradable de hacer televisión en Costa Rica en los últimos años y de la necesidad de diversificar mis conocimientos mediáticos para aplicarlos a un mundo donde la Internet resulta cada vez más un medio polivalente y requerido. Argumentos a puro Espíritu Santo, sin duda alguna, porque se me ocurrieron al instante. Al final, despedida y promesa de respuesta antes de que abordara el tren de regreso a Grenoble, el pasado jueves 2 de julio a las 10:15 am.


Pero no hubo que esperar hasta hoy. Media hora después, otra llamada de la oficina de la Universidad. “Y ahora qué me querrán preguntar” me dije. Pero no, ya no eran más preguntas sobre mis capacidades o posibilidades. Me hicieron la pregunta más agradable de mis últimos años “queremos saber si usted está dispuesto a empezar nuestra formación de maestría en nuestra universidad…” Después de un simple “oui, merci!” no sabía qué hacer… si pegar gritos, si salir corriendo por la calle… 7 años concentrados en un solo momento, ¡no se si saben lo que es eso! Quería volverme loco, pero tenía que decirlo en español. A lo único que atiné fue a llamar a Sofía, mi ex compañera de carrera de la UCR que vive en París para contarle. Luego la obligatoria y aún más satisfactoria llamada desde mi celular a mi casa, para hablar con mi hermosa madre y resumirle la buena noticia en 53 segundos.


Y después locura, agradecimiento a Dios, fiesta y mensajitos de texto que iban y venían y un Pablo que veía a su alrededor la que posiblemente se convertirá en mi nueva ciudad por los próximos dos años a partir de setiembre… y todavía no se lo creía.


Pocas veces me pasa, pero me siento orgulloso de mí mismo. Nunca he sido una persona que se tire para arriba solito, no me gusta hacerlo y no me gusta las personas que lo hacen. Pero creo que esta vez, por una vez en la vida, merezco sentirme satisfecho de haber conseguido un proyecto del que muchos (incluso mi bella madre) dudaron, cosa que agradecí porque eso me retó a mí mismo para conseguir el objetivo. Igual vale el agradecimiento para mi querido papá, quien fue el primero que creyó en mí, nunca vaciló. Y recuerdos, y más recuerdos.


En fin, toda una experiencia, todo un reto, toda una aventura, todo un sueño… hecho realidad. Demasiados riesgos, demasiada inversión de tiempo y de dinero, demasiado en juego… y de un momento a otro simplemente todo fue realidad. Un 1° de julio para no olvidar.

jueves, 1 de enero de 2009

Llegó el 2009

Y aquí estoy, otra vez, un 1 de enero en la madrugada, esta vez a las 3:50 a.m., haciendo mi ya tradicional reseña que con esta cumple su cuarta versión. Y nada más empezando, pese a que en la edición 2008 dije que no sabía dónde iba a estar escribiendo estas líneas que les comparto, les respondo como todos ustedes saben que me encuentro frente al mismo monitor y con los dedos puestos en el mismo teclado que hace 366 días.

Antes de entrarle al 2009, me gustaría hacer un resumen de este 2008, que no fue tan tan malo como el 2007, ¿o será que aprendí a agarrarle "el toque"? Primero que todo hubo sus altas y sus bajas, aunque debo decir que el año cerró hacia la alta (contrastando con la economía internacional y su ya famosa y globalizada crisis financiera). Y definitivamente, si alguna enseñanza le saqué a este año que culmina, esta viene directamente de Dios y Su gran providencia y misericordia.

Hubo dos momentos especialmente amargos: el despido de mi anterior trabajo de cuyo nombre me reservo y del otro me reservo no solo el nombre sino también el acontecimiento en general, aunque si me conocen al menos medianamente ya sabrán cuál es. Ambos me golpearon mucho, principalmente desde julio para acá y me dejaron malherido. Pero en el momento justo, Dios, que siempre tiene las cosas bajo control aunque a uno le parezca que están en el caos perfecto, intervino y me eseñó a confiar que es Él quien me sostiene y no mis propias fuerzas. Créanme que aprender eso fue todo un reto y una escuela, pero al final lo pude lograr y ahora confío más en Él y menos en mí.

Sobre las cosas "bonitas", ambas se presentaron al final del año: la prácticamente lista tesis y el virtual - real viaje a Francia han sido los dos factores que más incidieron en que este 2009, aunque para lograr su estado actual, el cual comentaré más adelante, fue necesario pasar por bastante sufrimiento, pleitos y luchas.

En cuanto a situación política, económica y social, yo diría que este fue un "año muerto". Si hace un año hubiese tenido una bola de cristal para adivinar lo que pasaría en el 2008, la verdad hubiera salido muy decepcionado. Díganme ustedes mismos ¿qué ha pasado en Tiquicia? Muy poco. De hecho me atrevería a decir que nada. Los mismos problemas, los mismos retos, y el mismo gobierno aunque con nuevos chorizos descubiertos, los mismos precandidatos que uno atinaba que estarían, y el mismo pueblo inerte y confiado esperando a que algo lo despierte. La cosa sigue igual y tampoco me pongo muy optimista para que las varas mejoren en este lapso de tiempo que hoy comenzamos: más María José u otros shows mediáticos sin sentido, más fútbol y fracasos, más políticos mentirosos haciéndole creer al pueblo que son su salvación, su "capitan" y más gente pobre y distancia entre los que tienen más y menos.

A escala internacional, creo que sin duda LA NOTICIA fue la elección de Barak Obama como el nuevo presidente de Estados Unidos (me comí semejante acontecimiento en este blog, algo iba a escribir pero por andar estresado en otras varas no lo hice). Creo que de una u otra forma, todos le tenemos fe al negrito para que traiga algo positivo a esta aldea mundial tan devastada por el neoliberalismo y por las empresas libertinas que indican a los estados qué hacer. A Obama le creemos porque el cambio que representa es muy radical, porque se acabó el mentiroso de Bush y sus secuaces republicanos, porque el hecho de que sea minoría debería motivarlo a proteger a los más débiles, y en fin, porque parece que inicia un período de cambio geopolítico en el mundo, y de conciencia en las sociedades de las naciones desarrolladas.

El resto igual. Más muertos en Irak, más muertos en Afghanistán, más muertos en Tierra Santa. Chávez igual de bocón (ahora que menciono esto, un poquito menos desde que bajó el precio del petróleo). El mundo sigue feliz su caminata a ojos cerrados rumbo al precipicio del calentamiento global y a mí la tal profecía maya de que esto se acaba en el 2012 ya no me suena tan despreciable jeje. La crisis se ha apoderado de las grandes corporaciones (nadie las tiene de corruptas) y el capitalismo recuerda, una vez más, que el liberalismo solo le va a dejar hoyos y problemas, que el Estado debe intervenir y en suma, que como buen sistema humano falla y fallará.

Sobre el 2009 es poco lo que se puede afirmar con certeza, aunque personalmente ya pinta bien. Espero que no pase Enero sin que yo haya ya defendido mi ya majadera tesis y sin que esté debidamente instalado en Francia. Esto último especialmente me tiene muy contento porque es un proyecto de al menos 10 años, el cual se fue cuajando hasta hace relativamente pocos meses. No voy a pasear, eso es algo que tengo claro. Voy a esforzarme al máximo para quedarme en Francia sacando una maestría, ya sea esta en periodismo o en ciencias políticas (esto todavía está por verse). Si la pego, serán dos años más y el próximo comentario de esta índole, el del 1° de enero del 2010 lo haré desde algún lugar de Francia. Si no, ya veremos, no voy a tirar la toalla tan fácilmente.

El 2009 pinta difícil para mis familias. La enfermedad tocó la puerta durante este año que pasó y ya tiene 5 enfermos de considerar, uno de ellos con un mal bastante serio. Otro reto que se presentó. Espero que Dios dé la sabiduría y paz para enfrentar lo que haya que enfrentar. Incluso me preocupa algo la propia salud de mi papá pero confío en que no será más que un susto. En fin, este año será tan duro como ilusorio. Espero que este año marque el fin de mi gran interrogante de vida y a la altura de julio o agosto yo pueda saber qué será de mi vida en los próximos años. Ya veremos.

Para el país, como ya dije, igual. No le veo por dónde esto vaya a mejorar y más bien, un amigo que estimo mucho me envió hoy un mensajito al celular diciéndome "bueno, a partir de hoy ya es una realidad". Ante mi obvio "¿qué cosa?" él responde "el TLC". Vaya forma cagona de iniciar el 2009, pero bueno, esperemos que el Negrito tenga compasión y cambie o se vuele por completo este engendro del mismo sistema económico que tiene al borde del colapso muchas empresas y compañías con la crisis financiera más brava desde la famosa de 1929.

Creo que es todo por ahora. Ya se que no fue un comentario tan apasionado como otros que he hecho, pero la verdad es que siento que no es momento de apasionarme mucho. Es momento de terminar lo que falta por terminar y de preparar lo que urge preparar. Enero inicia con dos retos claros: dejar lista la tesis y el viaje a Europa. A eso hay que hacerle frente. Y como propósito de año, esta vez el blog no va a quedar tan desatendido. El 2008 destacó por ser el año de menos posts porque fue un año que me tuvo al filo de la navaja en muchas cosas. Sospecho que Francia dará suficiente material para tenerlo más actualizado.

Bendiciones a todos y que nuestros proyectos se concreten de acuerdo con Sus designios.

Amén. Bienvenido el tan esperado 2009!