La desición adoptada por los 8 países más ricos del mundo me dejó pensando en un tema al que generalmente le doy vueltas... y es lo mal que está este mundo.
Desde hace mucho tiempo que la solidaridad se convirtió en asistencialismo de este lado del mundo. Los ricos piensan que dando dinero a los pobres se soluciona el problema social que los ata y los países del norte hacen lo mismo con nosotros.
¿En qué puede beneficiar a Nicaragua, Uganda o Zimbabwe no deber dinero a Francia, Estados Unidos o Japón si seguirán teniendo problemas con la desigualdad social, mala educación, pésimos servicios de salud y políticos corruptos?... pero los G8 piensan que ya hicieron mucho con el "montón" de plata que les perdonaron. Como si les hiciera tanta falta!
Dar dinero a los pobres es un paliativo. Y es peor si lo anunciamos con bombos y platillos, como diciendo "ya cumplimos". Es como darle sedantes a un paciente terminal con cancer en vez de intentar extirpar el mal. Y lo triste es que es el mismo modelo que aplicamos en nuestra sociedad. Cada vez que alguien millonario quiere hacer "una buena obra" simplemente organiza una fundación encargada de dar dinero de lo mucho que les sobra...
Supongo que cabría dar una solución... y como siempre, ante problemas tan macros, pues la solución debería ser micro. Yo propondría que desde nuestra propia vida demos el ejemplo. Que intentemos ayudar a los sectores más marginados de la sociedad con lo que hacemos y aún arriesgándonos más allá de lo que hacemos. Viéndolo desde una perspectiva cristiana, sería algo así como lo que decía la Madre Teresa: "Debes amar hasta que duela".
Pero si vamos a ayudar, por Dios, ayudemos por amor al prójimo y no simplemente por cumplir una ideología o evitar la presión social... si es así, entonces de qué sirve?
2 comentarios:
Dejar de pagar deuda externa significa reducir el gasto en tasas de interés, es decir, reducir el gasto del gobierno, es decir, reducir el déficit fiscal.
Dejar de pagar deuda externa significa que toda esa plata que se extinguía pagando intereses usureros sobre todo al Fondo y al Banco Mundial se pueden destinar a inversión social. Desde ese punto es una decisión que debe aplaudirse.
Más que perdón o limosna, para mí es una justicia engañosa, porque también está la otra cara de la moneda: se le perdona la deuda a los países realmente pobres que jamás van a representar competencia alguna para el G7+Rusia. Y esto tiene sus implicaciones.
Otra cosa: Que Zimbabue, Uganda o Nicaragua sigan teniendo problemas de desigualdad distributiva, mala educación, pésimo servicio en salud y políticos corruptos es culpa única y exclusiva del ambiente interno; o mejor dicho, es porque no se ponen de acuerdo entre ellos.
Dos cosas:
1_ El G8 no está obligado a ayudar a nadie y más bien si les diera la gana seguirían cobrando.
2_ ¿Con qué otra cosa si no es con dinero podría ayudar el G8?
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