domingo, 1 de enero de 2006

El inicio del Año Nuevo

El 2006 tiene en este momento 1h 55min de haber iniciado. Obviamente no tengo sueño y no fui de pachanga hasta las 6 a.m. Un evento q pasó hoy, al cual no voy a referirme por cuestiones muy personales, me hizo considerar mejor la idea de quedarme en casa... y actualizar un poco este blog que tan descuidado tengo.

Así es, señores, inicia un nuevo año. Pero esta vez quiero reflexionar sobre algo que pocos se acuerdan en este momento: la soledad y el vacío que muchas personas tienen en este instante y que no tienen a nadie a quien recurrir, porque realmente están solos.

En este momento, quienes primero se me vienen a la mente son los pobres niños de la calle, para quienes cada año es cualquier cosa menos próspero. Para ellos, no queda más que vivir día a día, viendo cómo se las ingenian para sobrevivir en esta sociedad, que año con año es más dura con ellos.

Pienso ahora en la gente que, por X motivo se encuentra en un hospital o postrados en una cama, enfermos. Especialmente viene a mi mente las personas que se encuentran desahuciadas y que, por este motivo, pasan una severa depresión... posiblemente estarán viendo el último año nuevo de sus vidas. Y peor aún en la gente que está enferma y sola, tristemente sola, sin nadie que llegue a verlos.

Los siguientes en la lista son aquellas personas que por algún error de su vida pasan en las cárceles del mundo entero. Para esa gente, imagino yo, un año nuevo se celebra porque significa un año menos dentro de aquél lugar... para otros, solo significa otros 365 días más dentro de una cárcel de la cual no saldrán nunca, porque su error fue tan grande que la justicia humana les ha impedido reintegrarse a la sociedad. ¡Cuánta soledad deben pasar estos pobres tipos una noche como esta! Sin nadie que los llame, sin una cálida voz que les diga con una sonrisa entre los labios "Feliz Año, varón". En esos fríos recintos, medio iluminados solo por la luz de nuestra luna de época seca, no cabe otra cosa sino la amargura y desesperación.

El próximo grupo en el cual pienso es en la gente que se encuentra fuera de su país de forma obligatoria y no puede pasar las fiestas con sus seres queridos. Evocan las celebraciones de antaño y piden a Dios que esos días vuelvan, aunque tal vez en su corazón sepan que nunca más retornarán a sus moradas de juventud. Y peor aún, si son discriminados en el país donde viven, marginados. Para ellos, un año nuevo debe significar 12 meses más aguantando y abriendo cada vez más heridas por las burlas y los insolentes maltratos de los cuales son víctimas.

Pero no solo estos tristes casos pasan por mi mente. Tengo en mi corazón también un lugar para todas aquellas personas que lo tienen todo, pero que en el fondo de su corazón presentan un vacío terrible e imposible de llenar. Para estas personas, un nuevo año debe significar frustración en su vida, puesto que pese a su aparente éxito, no son felices y buscan rodearse de gente para evitar su soledad interna. Para todas estas personas, es mi deseo, que vuelvan su rostro a Dios y encuentren dentro de Él la fuente que llena y que no se apaga.

Pero también viene a mi mente gente como yo... y tal vez como vos. Personas que la pasamos relativamente bien, que tenemos buena salud, casa, comida y algo de platilla. Sí, nosotros, los que celebramos, de forma quizá egoísta, el nacimiento de Cristo y un nuevo año civil. Nostros los que pasamos indiferentes ante los demás grupos atrás descritos sin una palabra de aliento durante casi todos los días de este conjunto de meses al que llamamos año. Pienso en gente como nosotros... y realmente, me doy lástima. Porque también la vida pasa por nosotros pero nosotros no pasamos por la vida. Y dejamos que cada segundo se vaya acabando, que cada momento se pierda sin dedicarlo a otro que quizá es más prioridad que nuestras "carreras" tan importantes...

No se gente, perdónenme, pero esto es un desahogo y una sarta de quejas en contra mía. Porque si hay algo que me molesta es precisamente que siento que mi vida se va, vacía y seca, sin hacer nada para que este cabrón mundo mejore aunque sea un toque. Ojalá en este 2006 todos nos pongamos un poco la mano en el corazón y veamos un tanto más hacia el otro que lo hecho hasta ahora. Nada cuesta y yo no se porqué, pero cada vez que he intentado colaborar con la gente que necesita de mi ayuda siento una satisfacción enorme dentro de mi ser... llamalo como querás: Espíritu Santo, conciencia, "buena vibra", lo que sea. Al final, esto no se trata de religión o de ideología, se trata simplemente de dar y recibir amor...

Ojalá que todos nos hagamos esa propuesta para este nuevo 2006. Que en lugar de pensar adónde voy a viajar o cuánto voy a bajar de peso, pensemos en todo lo que podemos hacer para hacer de nuestra vida algo más placentero de vivir en lugar de botarla con nimiedades y cosas vacías...

Quiera Dios que los haya puesto a pensar un poco... en lo personal, al menos, estas líneas me sirvieron para pensar sobre mí mismo.

Feliz Año 2006. El Señor (si creen y si no también) los bendiga y les de salud, amor, techo, comida y trabajo.